165 Revista Facultad de Jurisprudencia No.14 RESUMEN Este artículo presenta un marco de aproximación a los movimientos sociales y plantea una defnición de los mismo. Ofrece una visión detallada del Movimiento de Liberación de la Madre Tierra (MLMT) en Colombia, destacando su enfoque interétnico y contrahegemónico en la lucha por la tierra. Mediante conceptos relacionados con los movimientos sociales y las teorías que los explican se centra en el MLMT, que surge en el norte del departamento de Cauca, Colombia, como respuesta a la desigualdad en el acceso a la tierra y los recursos naturales. Este movimiento se fundamenta en una cosmovisión indígena que considera a la Tierra como una madre esclavizada y busca su liberación, luchando contra el acaparamiento de tierras y la explotación industrial. Destaca la importancia de comprender a la Tierra como un ser vivo, resaltando la relevancia de este enfoque cosmológico en el contexto de los derechos de la naturaleza. El artículo enfatiza la necesidad de replantear la relación entre la sociedad y la naturaleza, abogando por un reconocimiento más profundo de la interconexión entre ambos. NO DUEÑOS: ¡LIBERADORES DE LA TIERRA! MOVIMIENTO DE LIBERACIÓN DE LA MADRE TIERRA: UN REPERTORIO CONTRAHEGEMÓNICO INTERÉTNICO ABSTRACT The article presents an approach to social movements and provides a defnition of them. Subsequently, it ofers a detailed insight into the Movimiento de Liberacion de la Madre Tierra (MLMT) in Colombia, highlighting i ts interethnic and counter- hegemonic focus in the struggle for land. It introduces concepts related to social movements and the theories explaining them to focus in the MLMT, which was established in the northern region of Cauca department as a response to inequality in land and natural resource access. The movement is grounded in an indigenous worldview that comprehend the Earth as an enslaved mother and seeks its liberation, battling against land grabbing and industrial exploitation. The importance of understanding the Earth as a living being is underscored, emphasizing the relevance of this cosmological approach in the context of rights of nature. The article highlights the need to rethink the relationship between society and nature, advocating for a deeper recognition of the interconnectedness between the two. Juan Sebastián Acosta Pontifcia Universidad Católica del Ecuador
166 No dueños PALABRAS CLAVE: Movimientos sociales, tierra y conficto, liberación de la Madre Tierra. KEY WORDS: Social Movements, Land and confict, Liberation of mother Earth. JEL CODE: N460, N56 RECIBIDO: 08/03/2023 ACEPTADO: 26/12/2023 DOI: 10.26807/rfj.vi14.493
167 Revista Facultad de Jurisprudencia No.14 INTRODUCCIÓN ¿Qué es un movimiento social? Como ocurre con la mayoría de las definiciones en el ámbito de las ciencias sociales, no hay un consenso universal; por lo tanto, es necesario realizar un breve repaso histórico y caracterizar las teorías de los movimientos sociales. En este sentido, se recoge la defnición propuesta por Marisa Revilla Blanco (1996), que permite abordar este contexto de manera precisa. Se entiende como “el proceso de reconstitución de una identidad colectiva, fuera del ámbito de la política institucional, mediante el cual se dota de sentido a la acción individual y colectiva” (p. 10). Este proceso implica una variación, cambio o modifcación de la identidad (individual y/o colectiva) en relación con las preferencias y las expectativas. La hipótesis que se baraja aquí sobre el origen de los movimientos sociales plantea que el movimiento social surge donde las voluntades colectivas sobre el orden social (la interacción entre los distintos proyectos de sociedad) no tienden a la inclusión y representación de todos los individuos y colectividades que conforman una sociedad en un espacio y tiempo determinados. […] La formación de un movimiento social resuelve una situación de incertidumbre sobre las voluntades que conforman el orden social. (Revilla, 1996, p. 12) A continuación, se explora una aproximación teórica a los movimientos sociales y los enfoques teóricos propuestos por Rafael de la Garza Talavera (2011) para abordar este tipo de fenómenos: Enfoque clásico : Este enfoque, fundamentado exclusivamente en la idea de lucha de clases y la ideología política, experimentó modifcaciones signifcativas debido a sus limitaciones evidentes. Estas limitaciones surgieron a medida que las necesidades sociales evolucionaron, dando lugar a nuevas formas de lucha. Se reconoció que la base social tradicional ya no era la misma y sus valores se volvían incongruentes con los postulados del enfoque clásico. Las adaptaciones se hicieron evidentes con el aumento de ideologías participativas; el uso cada vez mayor de formas no institucionales de participación política y la politización de temas que antes se consideraban exclusivamente morales o económicos (De la Garza Talavera, 2011).
168 No dueños Enfoque marxista: El enfoque marxista, al considerar exclusivamente al movimiento obrero, lo hizo despojándolo de cualquier potencial revolucionario, asumiendo que este era el movimiento social por excelencia (De la Garza Talavera, 2011, p. 113). Enfoque funcionalista: Este enfoque se diferencia del marxista principalmente en cuanto a la racionalidad de los movimientos sociales. Ya no se trata únicamente de la lucha de clases, sino también de la dominación de clases (De la Garza Talavera, 2011). Enfoque constructivista: El enfoque constructivista destaca que la acción colectiva se origina principalmente a partir de las transformaciones internas que experimenta el individuo frente a condiciones específcas. Este enfoque profundiza en el análisis cultural desde la perspectiva simbólica, emergiendo de la creación de marcos interpretativos generados por rupturas y/o coyunturas sociales. Considerando la culminación del acercamiento entre las dos escuelas centrales de la teoría de los movimientos sociales (MS), la de los nuevos MS y la movilización de recursos, este enfoque aborda fundamentalmente la oposición entre la idea de que el sistema infuye en el individuo o si es este último quien determina al sistema. “Si bien se coloca al individuo en el centro del análisis no puede concebirse aislado e indiferente al medio que lo rodea, sobre todo en función de los cambios recientes conocidos también como globalización” (De la Garza Talavera, 2011, p. 114). Teoría Defnición Aspectos comunes con relación a la dinámica de los MS. Del comportamiento colectivo Acción colectiva como acción conjunta de individuos para la defensa de intereses comunes. 1. Redes informales de interacción. 2. Creencias y solidaridad compartidas. 3. Acción colectiva desarrollada en áreas de conflicto . 4. Acción que se desarrolla fuera de la esfera institucional y de los procedimientos habituales de la vida social. De la movilización de recursos Énfasis en el análisis estructural hacia adentro y hacia afuera de los MS, (forma de interacción). Del proceso político Transformación de los canales de participación. De los nuevos movimientos sociales Integral de las teorías. Tabla 1. Enfoques teóricos dedicados a este tipo de fenómenos
169 Revista Facultad de Jurisprudencia No.14 Tabla generada a partir de la información contenida en: Revilla Blanco, en “El concepto de movimiento social: acción identidad y sentido” (1996, pp. 1–18), y De la Garza Talavera, en “Las teorías de los movimientos sociales y el enfoque multidimensional” (2011, pp. 107-138). En términos generales, la idea predominante es que los movimientos sociales “responden a desequilibrios del sistema, especialmente en lo que respecta a los procesos de integración social” (De la Garza, 2011, p. 111). Dentro de este enfoque, también se propuso reconocer a los movimientos sociales como agentes de cambio social. Según De la Garza (2011), esta perspectiva “privilegió la defnición de un movimiento social a partir del contexto en el que surge, llegando a fructifcar posteriormente en el enfoque de la movilización de recursos, particularmente con la estructura de oportunidad política propuesta por autores como Tarrow” (p. 111). El aporte principal del enfoque de la movilización de recursos radica en su análisis centrado en el funcionamiento interno de los movimientos sociales. Posiblemente, esta perspectiva encuentra una conexión destacada con uno de los puntos clave elaborados por Lani Guinier y Gerald Torres (2014) sobre la Demosprudencia. Ellos argumentan que los movimientos sociales son cruciales para impulsar cambios culturales que permitan que las transformaciones legales perduren en el tiempo. Además, resaltan que el activismo de los movimientos sociales desempeña un papel equiparable a la ley o la jurisprudencia como fuente de derecho. En última instancia, se examinará si un movimiento como el de Liberación de la Madre Tierra en Colombia refeja estos enfoques. Se analizará si, como “personas ordinarias”, logran cuestionar normas injustas a través de sus demandas y determinación en las calles y los campos. 1. Nuevos movimientos sociales En resumen, la base social de los nuevos movimientos sociales ha evolucionado, alejándose de la clase obrera para incluir una nueva clase media, así como sectores desmercantilizados (amas de casa, estudiantes, desempleados, pensionados) y miembros de la vieja clase media (campesinos, tenderos, artesanos, intelectuales). Esta diversa coalición social forma los cimientos de los nuevos movimientos, generando valores y estructuras de
170 No dueños acción distintas. La base social en realidad constituye una alianza entre diversos sectores de la sociedad, excluyendo aquellos involucrados en el conficto de clases. Como resultado, estos movimientos carecen de valores específcos de una clase, ya que estos valores se determinan por un carácter universal o particular. En los años sesenta, se introdujo la idea de la frustración como motivación para el surgimiento de los movimientos sociales, periodo en el que surgieron numerosas y novedosas movilizaciones, como protestas estudiantiles, sindicales, antinucleares, pacifstas, antiaborto, ecologistas, feministas, de desempleados, de derechos de los consumidores, de derechos civiles, entre otras (De la Garza, 2011). Este concepto destaca que la privación relativa y la incongruencia del estatus son factores que generan descontento, impulsando a los individuos a participar en estos movimientos: produce el sentimiento de privación [de los benefcios o privilegios de unos pocos frente a la necesidad de otros] provoca descontento, que es lo que motiva a los individuos a participar en los MS. La frustración puede ser generada por diferentes razones como, por ejemplo, la incongruencia del estatus o la privación relativa que están en el origen de la acción. [...] Frente al impacto de las políticas públicas en su vida cotidiana, los ciudadanos deciden tomar acciones que muchas veces son consideradas como ilegales, en términos de los canales institucionales existentes. (De la Garza, 2011, p. 113) La creciente complejidad y diversidad de la sociedad plantean un problema central en lo que respecta al mantenimiento de la unidad social. Según Claus Ofe, esta unidad puede lograrse de dos maneras, las cuales se defnen en función de la esencia de dicha unidad, ya sea en términos de la diversidad de intereses o de valores. Dada la etapa de desarrollo de las sociedades contemporáneas, cada vez más, son los valores los que se someten a discusión, ya que, de alguna manera, los intereses se estructuran en función de ellos (De la Garza, 2011, p. 114).
171 Revista Facultad de Jurisprudencia No.14 Viejo paradigma Nuevo paradigma Actores Grupos socioeconómicos actuando como grupos (en interés del grupo) e involucrados en confictos de distribución. Grupos socioeconómicos no actuando como tales, sino en nombre de colectividades atribuidas. Contenidos Crecimiento económico y distribución; seguridad militar y social, control social. Mantenimiento de la paz, entorno de derechos humanos y formas no alineadas trabajo. Valores Libertad y seguridad en el consumo privado y progreso material Autonomía personal e identidad, oposición al control centralizado, etc. Modos de actuar a) Interno: organización formal, asociaciones representativas a gran escala. b) Externo: intermediación pluralista o corporativista de intereses; competencia entre partidos políticos, reglas de la mayoría. a) Interno: informalidad, espontaneidad, bajo grado de diferenciación horizontal y vertical b) Externo: política de protesta basada en exigencias formuladas en términos predominantemente negativos. Afnidades (A pesar de las diferencias) Por ejemplo, con el liberalismo al compartir la idea de una presencia mínima del Estado en la vida social, fortaleciendo los derechos y libertades civiles. Diferencias Van más allá de las libertades económicas y se adentran en el terreno de la protección y preservación de los valores, identidades y formas de vida. Con los conservadores, los nuevos Movimientos Sociales comparten la idea de lo importante que es la modernización, aunque diferan en los objetivos: para los conservadores, la modernización está para preservar las condiciones mínimas de los valores tradicionales, mientras que para los nuevos tienen el sentido de romper precisamente con dichos valores. Con los socialistas sin duda comparten la crítica en el sentido del impacto destructivo y caótico del capitalismo industrial y fnanciero, aunque diferen en el actor que encabezará las transformaciones. “Las críticas hacia el viejo paradigma se resumen en una redefnición del progreso, ya no con el Estado como fuerza principal, sino impulsado desde la sociedad”. “El valor de la autonomía [frente al Estado] es central en la mayoría de los movimientos sociales contemporáneos y se expresa en el respeto a las diferencias, las identidades, las formas de concebir el mundo”. Tabla 2. Características de los movimientos sociales Nota: Tabla elaborada a partir de: De la Garza Talavera, en “Las teorías de los movimientos sociales y el enfoque multidimensional” (2011).
172 No dueños El contenido ético de las demandas en los movimientos sociales se destaca claramente, abriendo el camino a enfoques contemporáneos donde el contenido simbólico se convierte en el foco de atención (De la Garza, 2011). Alain Touraine, según De la Garza (2011), fundamenta su perspectiva en la idea de una sociedad como una colectividad que se autoproduce y regula su desarrollo sin depender de instancias superiores. Desde la perspectiva del individuo, este solo puede convertirse en sujeto al asumir la responsabilidad total del control de su vida cotidiana. La dimensión cultural adquiere un énfasis central, al punto de despojar al movimiento obrero de su componente revolucionario y transferir esta característica a los movimientos sociales. La lucha se encuentra en el individuo y su capacidad para la subjetivación que implica destruir el yo, “defnido por la correspondencia de la conducta personal y los roles sociales, y construido a través de interacciones sociales y la acción de instancias de socialización”. En este contexto, el sujeto existe solo como acción, como movimiento social, y Touraine desarrolla lo que se conoce como su sociología de la acción, una contribución signifcativa al estudio de los movimientos sociales (De la Garza, 2011, p. 113). Reconoce la diversidad como central al momento de explicar el proceso de formación de identidades colectivas. Los MS deben ser explicados en función del surgimiento de un “nosotros” que comparte los fnes de la acción, los medios y las relaciones con el ambiente, este “nosotros” supone la existencia de una solidaridad/identidad frente a la identifcación precisa de un conficto/adversario, pero además resulta fundamental que la acción colectiva rebase los canales institucionales. Este último factor abre el camino para defnir una tipología compuesta por movimientos reivindicativos, políticos y antagónicos, producto de los diferentes niveles de conficto. (De la Garza, 2011, p. 118) Con este breve recorrido y marco conceptual, se aborda una caracterización mínima de un movimiento que trasciende algunas de estas categorías y las entremezcla: el Movimiento de Liberación de la Madre Tierra.
173 Revista Facultad de Jurisprudencia No.14 2. La tierra, madre esclavizada El problema de la tierra en Latinoamérica tiene raíces coloniales que, en lugar de resolverse a lo largo de los siglos, han generado múltiples confictos y desplazamientos. La lógica colonial de la desposesión persistió después de los movimientos independentistas y la formación de las repúblicas criollas. Con la consiguiente exclusión de los pueblos indígenas, afrodescendientes y campesinos como actores políticos, profundizó la exclusión y el acaparamiento de tierras durante dos siglos, junto con la sed extractivista. En las últimas décadas, las indignaciones y frustraciones heredadas desde el periodo preindustrial alcanzaron niveles propicios para la emergencia de movimientos sociales étnicos. Estos movimientos desencadenaron repertorios de protesta profundamente conectados con la ocupación y liberación de la tierra. La literatura que aborda el problema de la tierra en Colombia y Latinoamérica es extensa. Aunque en el presente ensayo no sea posible realizar un balance exhaustivo, se realiza una aproximación al contexto de las luchas indígenas, afrodescendientes y campesinas por la tierra en Colombia. El objetivo es comprender las dimensiones que han dado forma al Movimiento de Liberación de la Madre Tierra, un fenómeno tremendamente complejo, independiente, interétnico y vigente. La tierra ha sido uno de los ejes centrales del conficto armado en Colombia. Desde el siglo XIX, con las guerras entre federalismo y centralismo, pasando por la hegemonía conservadora en el siglo XX, la República Liberal de López Pumarejo, “La Violencia” en la década de los cuarenta y la repartición política del Frente Nacional, hasta la inactividad de la reforma agraria en los ochenta, la apertura económica en los noventa, la violencia paramilitar de comienzos del siglo XXI y fnalmente los procesos de paz; en todas las guerras y violencias, la tierra ha sido un factor central. El problema de la tierra sigue siendo determinante para la pobreza y la desigualdad social del campesinado y de la población en general. Fruto de la guerra, alrededor de 8.3 millones de hectáreas fueron arrebatadas a la población civil (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2015). Solo es hasta el 2011 con la Ley de Víctimas (Ley 1448/2011) que la política pública incluye mecanismos que tienen como fn una reparación integral de las víctimas con relación a la tierra, siendo aún una política con muchos vacíos y debilidades que la han hecho insufciente, escasa y hasta corruptamente implementada. Asimismo,
174 No dueños se puede hablar sobre la reforma agraria integral del Acuerdo para la terminación del Conficto armado con la FARC-EP que, siendo una deuda histórica en la sociedad colombiana, sigue bloqueada (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2015). En Colombia, la naturaleza se convierte en una víctima más del conficto armado, especialmente en el contexto indígena 1 . La relación paradójica entre los confictos armados y el medio ambiente es multifactorial. Hasta ahora, la literatura especializada ha identifcado cuatro formas en que estas se relacionan: la naturaleza como causa del conficto, la naturaleza como mecanismo de fnanciación y reproducción del conficto, la naturaleza como víctima del conficto y, por último, la naturaleza como benefciaria del conficto (Rodríguez et al., 2017, p. 19). Esta afectación múltiple se vuelve más concreta en cuanto al uso del suelo y la titulación de tierras. La informalidad, el acaparamiento y el desplazamiento forzado completan décadas de caracterizar la situación agraria en el país. Según el informe titulado “La tierra en Disputa: Memorias del despojo y resistencias campesinas en la costa Caribe (1960-2010)”, los cálculos sobre la extensión de tierras usurpadas o forzadas a abandonar varían según las fuentes. Algunas indican que las cifras rondan los 1.3 millones (Ibañez, 2008). Para el CODHES, la estimación de hectáreas usurpadas o despojadas es de 4.8 millones, y para el Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado (MOVICE), la cifra se acerca a los diez millones de hectáreas (Grupo de Memoria Histórica de la CNRR, 2014, p. 49). En este contexto histórico 2 , donde la lucha por la tierra es el telón de fondo del conficto armado interno, los grandes propietarios, la mayoría de las veces con apoyo e incluso favorecimiento ilegal o cohecho por parte de funcionarios estatales, son los grandes vencedores y la inequidad es extrema. El índice internacional Gini, medido en Colombia por el Instituto Geográfco Agustín Codazzi (IGAC), es de 0.88, lo que signifca que, si diez personas tuvieran un pastel que simboliza el total de tierra en Colombia y lo partieran en diez pedazos, una sola persona poseería casi nueve de ellos (Parra y Rodríguez, s. f.). Es de 1 Entendiendo que el territorio es defnido como la “integridad viviente y sustento de la identidad y armonía, de acuerdo con la cosmovisión propia de los pueblos indígenas y en virtud del lazo especial y colectivo que sostienen con el mismo, sufre un daño cuando es violado o profanado por el conficto”. 2 El caso colombiano es sin duda paradigmático y sus cifras son extremas; sin embargo, puede rastrearse un conficto de dimensiones estructurales en otros paises de la región con reformas agrarias incompletas como México, Bolivia, Perú, etc.
175 Revista Facultad de Jurisprudencia No.14 suma importancia reconocer la valiente lucha de aquellos que optan por vías no armadas. Las comunidades del pueblo Nasa en el norte del Cauca, Colombia, han alzado su voz contra el poder capitalista desde 2005. Su resistencia no solo implica la denuncia y confrontación contra el proceso de privatización de grandes extensiones de tierra, sino que también se manifesta en la búsqueda de una liberación cultural. No buscan simplemente liberarse de la escasez y la exclusión a las que han sido sometidos como pueblo, sino que plantean detener la alianza entre el Estado y las empresas que esclaviza a la propia Tierra. Para ellos, el territorio es la madre de la vida, no una propiedad. nuestra madre no es libre para la vida, que lo será cuando vuelva a ser suelo y hogar colectivo de los pueblos que la cuidan, la respetan y viven con ella y mientras no sea así, tampoco somos libres sus hijos. Todos los pueblos somos esclavos junto con los animales y los seres de la vida, mientras no consigamos que nuestra madre recupere su libertad. (ACIN, 2015) En un país que cuenta con más de 8 millones de personas desplazadas por la violencia, la defensa del territorio mediante palos y piedras frente a ejércitos especializados, como parte de la protección de una cosmovisión única, representa un acto de dignidad que trasciende el simple deseo de posesión de la tierra. 3. A desalambrarte El Movimiento por la Liberación de la Madre Tierra continúa generando rupturas signifcativas. Además de realizar incursiones en terrenos privados para su reapropiación y redistribución, construye un discurso fundamentado en la identidad interétnica, el vínculo especial de las comunidades indígenas con el territorio y una cosmovisión que percibe a la Tierra como madre. La naturaleza contrahegemónica del MLMT no se limita a la lucha por la tierra; más bien, proyecta sus repertorios hacia un cambio de paradigma Ingresar a fncas de grandes emporios privados, mayoritariamente pertenecientes a ingenios azucareros con una larga historia de explotación de
176 No dueños recursos naturales y poblaciones agrarias, podría considerarse un movimiento estratégico para defender el derecho humano a una vivienda digna o incluso centrarse en estrategias de boicot a la industria latifundista. Sin embargo, el MLMT va más allá; la esclavitud a la que se somete a la Tierra mediante la explotación industrial a gran escala se sitúa en el origen de la desigualdad y la vulneración de las comunidades indígenas, afro y campesinas. En este sentido, la lucha del MLMT plantea un profundo cuestionamiento de las relaciones de poder, en el contexto sociológico y en un sentido cosmológico más amplio. La liberación de la Madre Tierra encapsula la lucha anticolonial y antiextractivista, mientras defende la autonomía y autodeterminación de los pueblos y comunidades ancestrales. El MLMT enriquece la identidad colectiva de las comunidades involucradas a través del recuerdo de la lucha histórica de los pueblos indígenas del Cauca, que se remonta a siglos atrás. Aquí se recupera su propia versión de la historia: Hace muchos años estos valles eran tierra y hogar de nuestros pueblos que vivían en esta región que hoy se llama suroccidente de lo que hoy se llama Colombia. Vivían a lo bueno, dedicados a comer, beber, mascar, ofrendar, tejer, danzar. Un día de 1535 llegó la Conquista. Una noche nos acostamos Nasa y amanecimos “indios”. Empezó la explotación de nuestra tierra, que se convirtió en teatro de operaciones. Desde entonces no tenemos paz ni descanso. Tres años después, cuando los conquistadores habían sacado las uñas, una mujer muy mujer, La Gaitana, no aguantó más y se levantó en armas para defender la Tierra. Organizó un ejército de veinte mil guardias nasas, yalcones, pijaos, timanaes… y defendió el honor y la tierra de nuestros pueblos, la misma que ahora pisamos, la misma a la que ahora hemos retornado. La guerra de resistencia que ella inició duró 120 años, tal vez la más larga que pueblo alguno haya librado en la historia. La resistencia que ella inició cumple 478 años. Sin paz ni descanso. (Pueblo Nasa, 2016, pp. 8-9) A las luchas de la Gaitana se sumaron en el siglo XVI las de Juan Tama y Manuel de Quilo, quienes “lograron un acuerdo con el imperio español y desde entonces vivimos apretados en territorios llamados resguardos”
177 Revista Facultad de Jurisprudencia No.14 y a comienzos del siglo XX el movimiento liderado por Manuel Quintín Lame en contra del terraje, que involucró incluso litigio para la titulación de territorios ancestrales (Pueblo Nasa, 2016, pp. 8-9). La época de “La Violencia” en Colombia generó terribles desplazamientos que lamentablemente no han cesado. Casi al mismo tiempo del nacimiento de la Constitución Política de 1991, el 16 de diciembre, el pueblo Nasa sufrió la masacre de 20 miembros por parte de la Policía Nacional y civiles armados. Tres décadas después, siguen siendo asesinados 3 . Ante el genocidio colonial, la exclusión republicana, la violación y desaparición forzada, las masacres y los miles de acuerdos frmados e incumplidos por el Gobierno, frente al fuego cruzado entre guerrillas, ejército y paramilitares, el desplazamiento y las estrategias de cooptación por parte de grandes emporios industriales y multinacionales, los Nasa siguen defendiéndose, protegiendo su cultura y a la Madre Tierra con cantos, danza, ollas comunitarias, mingas y otras estrategias creativas. A desalambrarte f ue un programa de trabajo colectivo de artistas, indígenas y campesinos para la siembra y embellecimiento de varios poblados indígenas reconstruidos en las fncas liberadas. Los Nasa tienen radio, hacen p ó dcast, han elaborado su presencia virtual y han establecido enlaces con otros movimientos indígenas por la autonomía, como el EZLN, y por la recuperación de tierras, como el MST. El Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) ha forjado un liderazgo notable en el movimiento indígena colombiano, logrando victorias electorales a nivel ejecutivo local y legislativo nacional. Descontentos con los escasos y hasta contradictorios resultados de la vía electoral, el MLMT ha generado sus propias críticas al CRIC y a los líderes políticos de sus comunidades, al punto de que, luego de quince años de accionar colectivo, surgen nuevos liderazgos en las generaciones más jóvenes. Sin acceso a educación u oportunidades laborales, con sus tradiciones culturales amenazadas y cansados de las divisiones y peleas internas heredadas de las generaciones pioneras, han iniciado una nueva etapa de liberación en alianza 3 Los veinte del Nilo: Darío, Ofelia, Carolina, Adán, Edgar, Otoniel, Mariana, Eleuterio, Tiberio, Floresmiro, Mario, María Jesús, Nicolás, Feliciano, Calixto, Julio, José Jairo, Jesús Albeiro, Daniel y Domingo; la parentela de los trece de Gualanday —entre ellos siete kiwe thegna o Guardianes— masacrados; los ocho de San Pedro, masacrados; los cien de El Naya, masacrados, y los cinco de López Adentro, masacrados (...); la familia de Cristóbal, de Marden, de Benjamín, de Álvaro Nasa Pal, asesinados (...); la tribu de Anatolio; la descendencia de cientos de hombres y mujeres que cayeron liberándola, genocidiados, y cientos de líderes asesinados en los últimos meses.
178 No dueños con jóvenes campesinos de la región. La liberación de la Madre Tierra se constituye en un uso social de la ilegalidad, legítimo y legitimado por un Estado que impone una legalidad del despojo en contextos o localidades determinados por los intereses del mercado y el sistema fnanciero. La fuerza del movimiento indígena y su legitimidad radican en el uso de la legalidad de la resistencia y en el repertorio de usos sociales de la ilegalidad que ejerce en cada escenario, espacio y tiempo de la defensa del territorio y la cultura (Vargas y Ariza, 2019). 4. Marcha de la comida Uno de los repertorios que encierra valiosas lecciones en el MLMT es la Marcha de la Comida, que alcanza su quinta edición. Las cosechas de los cultivos de las fncas liberadas se comparten como donación con comunidades de barrios en Cali, Popayán y otros municipios de la región. El traslado de los alimentos, junto con las familias indígenas, en chivas 4 hasta los pueblos y ciudades se convierte en un pequeño carnaval. Los lazos de solidaridad establecidos con organizaciones de la sociedad civil, grupos urbanos y ONG han contribuido a ampliar la identidad del MLMT más allá de la tradición Nasa y han transmitido un mensaje de efcacia. Mientras las zonas suburbanas marginadas y empobrecidas aún esperan los benefcios prometidos por el Estado, los indígenas llevan alimentos libres de agroquímicos, con gastronomía tradicional y, sobre todo, llevan alegría y esperanza a muchas familias que, debido a la necesidad, viven en pueblos y ciudades, estableciendo lazos de hermandad con poblaciones rurales afro, indígenas y campesinas. El alimento es fruto del trabajo mancomunado y, como tal, un resultado de la liberación de las tierras. Compartirlo ha sido una vía regia para esquivar múltiples intentos de tergiversación de su discurso, ya que acerca directamente a la ciudadanía urbana mediante la interacción y convivencia con los grupos liberadores. Además, hace frente a la difícil situación alimentaria en amplias zonas de pobreza de uno de los departamentos más productivos del país. La soberanía alimentaria es parte fundamental de la lucha del MLMT; han 4 Buses tradicionales en zonas rurales de Colombia, son vehículos adaptados para el transporte de carga y pasajeros, típicamente muy coloridos y con sobre cupo de carga y pasajeros.
179 Revista Facultad de Jurisprudencia No.14 conformado redes de guardianes de semillas nativas y han compilado saberes gastronómicos interétnicos. Desde que entramos en las fncas hemos cortado muchas, muchas hectáreas del monocultivo de miles de hectáreas de caña que están sembradas en el norte del Cauca para producir azúcar y combustible. Azúcar que endulza refrescos hechos del agua que baja de nuestras montañas. Combustible que mueve carros que comercializan los refrescos y ganan mucho dinero. Dinero que fnancia la guerra, los batallones que siguen presentes en nuestro territorio y nos siguen amenazando y nos siguen matando. El círculo que esclaviza a Uma Kiwe. Hemos sembrado muchas, muchas hectáreas de comida: maíz, fríjol, yuca, plátano, zapallo. (Pueblo Nasa, 2016, pp. 31-32) La quinta Marcha de la Comida ha planteado acuerdos pueblo con pueblo en temas trasversales con visiones de trabajo en red: “Mercados para la resistencia” acuerdo de comercialización justa y directa entre productores agrarios en resistencia y comunidades consumidoras en resistencia; “red de huertas para la liberación de la Madre Tierra”; “Compartir de experiencias calidosas” red de aprendizaje y experiencias entre las luchas del paro nacional o estallido social con las comunidades que liberan la Madre Tierra en el norte del Cauca y abierto a compartir experiencias calidosas con luchas de otras regiones; “Sistema de salud popular y comunitario” que consiste en crear un sistema de salud para la vida, que resuelva lo que el sistema de salud del estado colombiano no resuelve (Liberación de la Madre Tierra, 2021). Queda claro que la liberación de la Madre Tierra no es solo la ocupación de predios, la liberación busca emancipar, generar autonomía en múltiples dimensiones y generar diversos niveles de solidaridad. El lema clásico desde los setenta ha sido “Recuperar la Tierra para recuperarlo todo”. 5. Uma Kiwe y conclusión La refexión del MLMT sobre la Tierra como un ser vivo y una madre que está siendo esclavizada es fundamental para replantear no solo la relación con la naturaleza, sino también para abordar la perspectiva de los derechos de la naturaleza.
180 No dueños La lucha del pueblo Nasa, al igual que la de la mayoría de los pueblos indígenas, se fundamenta en la conexión con el territorio, que implica la construcción de la identidad social y comunitaria en relación con la naturaleza, considerándola como parte integral de ella. Uma Kiwe, que en lengua nasayuwe signifca “madre que enseña y cuida”, representa el territorio vivo. Los Sarayaku han mencionado Kawsak Sacha o selva viviente, los muiscas expresan Hitcha Waia, y de manera similar, cada pueblo, en su lengua, reconoce al ser viviente del cual todos provenimos. El MLMT comunica con la voz de la Tierra y ha enriquecido su discurso mediante poesía, mitología y deconstrucciones lingüísticas del castellano para dar espacio a esa voz. Aprender a escucharla y sentirla, no dejarla sola porque es nuestra Madre. / Volver a refexionar es parte de la orientación, porque todo comunica. Nos orientan el trueno, el rayo, el agua. / Dicen que uno no vino solo a ocupar un espacio. / La Madre Tierra nos ha llamado al respeto. / Si hoy la liberamos es para defenderla y cuidarla (Ojarasca, 2021, p. 18). La dimensión espiritual o metafísica, con sus complejidades, queda desdibujada en el contexto del derecho desde la visión occidental. Son los pueblos indígenas quienes han introducido categorías distintas para la defensa de los seres de la naturaleza o Madre Tierra. Un movimiento social que aboga por los intereses humanos, por la integralidad y la interdependencia de todos los seres, tiene mucho que aportar a la construcción del derecho y a la comprensión de los conceptos de justicia.
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