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Revista Facultad de Jurisprudencia No.14
RESUMEN
Este artículo presenta un marco de
aproximación a los movimientos sociales y
plantea una defnición de los mismo. Ofrece
una visión detallada del Movimiento de
Liberación de la Madre Tierra (MLMT)
en Colombia, destacando su enfoque
interétnico y contrahegemónico en la
lucha por la tierra. Mediante conceptos
relacionados con los movimientos sociales
y las teorías que los explican se centra
en el MLMT, que surge en el norte del
departamento de Cauca, Colombia,
como respuesta a la desigualdad en el
acceso a la tierra y los recursos naturales.
Este movimiento se fundamenta en una
cosmovisión indígena que considera a la
Tierra como una madre esclavizada y
busca su liberación, luchando contra el
acaparamiento de tierras y la explotación
industrial. Destaca la importancia de
comprender a la Tierra como un ser vivo,
resaltando la relevancia de este enfoque
cosmológico en el contexto de los derechos
de la naturaleza. El artículo enfatiza la
necesidad de replantear la relación entre
la sociedad y la naturaleza, abogando por
un reconocimiento más profundo de la
interconexión entre ambos.
NO DUEÑOS: ¡LIBERADORES DE LA TIERRA! MOVIMIENTO
DE LIBERACIÓN DE LA MADRE TIERRA: UN REPERTORIO
CONTRAHEGEMÓNICO INTERÉTNICO
ABSTRACT
The article presents an approach to social
movements and provides a defnition of
them. Subsequently, it ofers a detailed
insight into the Movimiento de Liberacion
de la Madre Tierra (MLMT) in Colombia,
highlighting i
ts interethnic and counter-
hegemonic focus in the struggle for land.
It introduces concepts related to social
movements and the theories explaining
them to focus in the MLMT, which was
established in the northern region of Cauca
department as a response to inequality in
land and natural resource access. The
movement is grounded in an indigenous
worldview that comprehend the Earth as
an enslaved mother and seeks its liberation,
battling against land grabbing and
industrial exploitation. The importance of
understanding the Earth as a living being is
underscored, emphasizing the relevance of
this cosmological approach in the context of
rights of nature. The article highlights the
need to rethink the relationship between
society and nature, advocating for a deeper
recognition of the interconnectedness
between the two.
Juan Sebastián Acosta
Pontifcia Universidad Católica del Ecuador
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No dueños
PALABRAS CLAVE:
Movimientos sociales, tierra y conficto, liberación de la
Madre Tierra.
KEY WORDS:
Social Movements, Land and confict, Liberation of mother Earth.
JEL CODE:
N460, N56
RECIBIDO:
08/03/2023
ACEPTADO:
26/12/2023
DOI:
10.26807/rfj.vi14.493
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Revista Facultad de Jurisprudencia No.14
INTRODUCCIÓN
¿Qué es un movimiento social? Como ocurre con la mayoría de las
definiciones en el ámbito de las ciencias sociales, no hay un consenso universal;
por lo tanto, es necesario realizar un breve repaso histórico y caracterizar las
teorías de los movimientos sociales. En este sentido,
se recoge la defnición
propuesta por Marisa Revilla Blanco (1996), que permite abordar este
contexto de manera precisa. Se entiende como “el proceso de reconstitución
de una identidad colectiva, fuera del ámbito de la política institucional,
mediante el cual se dota de sentido a la acción individual y colectiva” (p. 10).
Este proceso implica una variación, cambio o modifcación de la identidad
(individual y/o colectiva) en relación con las preferencias y las expectativas.
La hipótesis que se baraja aquí sobre el origen de los movimientos
sociales plantea que el movimiento social surge donde las voluntades
colectivas sobre el orden social (la interacción entre los distintos
proyectos de sociedad) no tienden a la inclusión y representación de
todos los individuos y colectividades que conforman una sociedad
en un espacio y tiempo determinados. […] La formación de un
movimiento social resuelve una situación de incertidumbre sobre las
voluntades que conforman el orden social. (Revilla, 1996, p. 12)
A continuación, se explora una aproximación teórica a los movimientos
sociales y los enfoques teóricos propuestos por Rafael de la Garza Talavera
(2011) para abordar este tipo de fenómenos:
•
Enfoque clásico
: Este enfoque, fundamentado exclusivamente
en la idea de lucha de clases y la ideología política, experimentó
modifcaciones signifcativas debido a sus limitaciones evidentes.
Estas limitaciones surgieron a medida que las necesidades sociales
evolucionaron, dando lugar a nuevas formas de lucha. Se reconoció
que la base social tradicional ya no era la misma y sus valores se
volvían incongruentes con los postulados del enfoque clásico. Las
adaptaciones se hicieron evidentes con el aumento de ideologías
participativas; el uso cada vez mayor de formas no institucionales
de participación política y la politización de temas que antes se
consideraban exclusivamente morales o económicos (De la Garza
Talavera, 2011).
168
No dueños
•
Enfoque marxista:
El enfoque marxista, al considerar exclusivamente
al movimiento obrero, lo hizo despojándolo de cualquier potencial
revolucionario, asumiendo que este era el movimiento social por
excelencia (De la Garza Talavera, 2011, p. 113).
•
Enfoque funcionalista:
Este enfoque se diferencia del marxista
principalmente en cuanto a la racionalidad de los movimientos
sociales. Ya no se trata únicamente de la lucha de clases, sino también
de la dominación de clases (De la Garza Talavera, 2011).
•
Enfoque constructivista:
El enfoque constructivista destaca
que la acción colectiva se origina principalmente a partir de las
transformaciones internas que experimenta el individuo frente
a condiciones específcas. Este enfoque profundiza en el análisis
cultural desde la perspectiva simbólica, emergiendo de la creación
de marcos interpretativos generados por rupturas y/o coyunturas
sociales. Considerando la culminación del acercamiento entre las dos
escuelas centrales de la teoría de los movimientos sociales (MS), la
de los nuevos MS y la movilización de recursos, este enfoque aborda
fundamentalmente la oposición entre la idea de que el sistema infuye
en el individuo o si es este último quien determina al sistema. “Si bien
se coloca al individuo en el centro del análisis no puede concebirse
aislado e indiferente al medio que lo rodea, sobre todo en función de
los cambios recientes conocidos también como globalización” (De la
Garza Talavera, 2011, p. 114).
Teoría
Defnición
Aspectos comunes con relación
a la dinámica de los MS.
Del comportamiento
colectivo
Acción colectiva como acción
conjunta de individuos para la
defensa de intereses comunes.
1.
Redes informales de interacción.
2.
Creencias y solidaridad
compartidas.
3.
Acción colectiva desarrollada en
áreas de conflicto
.
4.
Acción que se desarrolla fuera
de la esfera institucional y de los
procedimientos habituales de la
vida social.
De la movilización de
recursos
Énfasis en el análisis estructural
hacia
adentro
y hacia
afuera
de
los MS, (forma de interacción).
Del proceso político
Transformación de los canales
de participación.
De los nuevos
movimientos sociales
Integral de las teorías.
Tabla 1.
Enfoques teóricos dedicados a este tipo de fenómenos
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Revista Facultad de Jurisprudencia No.14
Tabla generada a partir de la información contenida en: Revilla
Blanco, en “El concepto de movimiento social: acción identidad y sentido”
(1996, pp. 1–18), y De la Garza Talavera, en “Las teorías de los movimientos
sociales y el enfoque multidimensional” (2011, pp. 107-138).
En términos generales, la idea predominante es que los movimientos
sociales “responden a desequilibrios del sistema, especialmente en lo que
respecta a los procesos de integración social” (De la Garza, 2011, p. 111).
Dentro de este enfoque, también se propuso reconocer a los movimientos
sociales como agentes de cambio social. Según De la Garza (2011), esta
perspectiva “privilegió la defnición de un movimiento social a partir del
contexto en el que surge, llegando a fructifcar posteriormente en el enfoque
de la movilización de recursos, particularmente con la estructura de
oportunidad política propuesta por autores como Tarrow” (p. 111).
El aporte principal del enfoque de la movilización de recursos radica
en su análisis centrado en el funcionamiento interno de los movimientos
sociales. Posiblemente, esta perspectiva encuentra una conexión destacada
con uno de los puntos clave elaborados por Lani Guinier y Gerald Torres
(2014) sobre la Demosprudencia. Ellos argumentan que los movimientos
sociales son cruciales para impulsar cambios culturales que permitan que
las transformaciones legales perduren en el tiempo. Además, resaltan que
el activismo de los movimientos sociales desempeña un papel equiparable
a la ley o la jurisprudencia como fuente de derecho. En última instancia, se
examinará si un movimiento como el de Liberación de la Madre Tierra en
Colombia refeja estos enfoques. Se analizará si, como “personas ordinarias”,
logran cuestionar normas injustas a través de sus demandas y determinación
en las calles y los campos.
1. Nuevos movimientos sociales
En resumen, la base social de los nuevos movimientos sociales ha
evolucionado, alejándose de la clase obrera para incluir una nueva clase
media, así como sectores desmercantilizados (amas de casa, estudiantes,
desempleados, pensionados) y miembros de la vieja clase media (campesinos,
tenderos, artesanos, intelectuales). Esta diversa coalición social forma los
cimientos de los nuevos movimientos, generando valores y estructuras de
170
No dueños
acción distintas. La base social en realidad constituye una alianza entre
diversos sectores de la sociedad, excluyendo aquellos involucrados en el
conficto de clases. Como resultado, estos movimientos carecen de valores
específcos de una clase, ya que estos valores se determinan por un carácter
universal o particular.
En los años sesenta, se introdujo la idea de la frustración como
motivación para el surgimiento de los movimientos sociales, periodo en
el que surgieron numerosas y novedosas movilizaciones, como protestas
estudiantiles, sindicales, antinucleares, pacifstas, antiaborto, ecologistas,
feministas, de desempleados, de derechos de los consumidores, de derechos
civiles, entre otras (De la Garza, 2011). Este concepto destaca que la privación
relativa y la incongruencia del estatus son factores que generan descontento,
impulsando a los individuos a participar en estos movimientos:
produce el sentimiento de privación [de los benefcios o privilegios de
unos pocos frente a la necesidad de otros] provoca descontento, que es
lo que motiva a los individuos a participar en los MS. La frustración
puede ser generada por diferentes razones como, por ejemplo, la
incongruencia del estatus o la privación relativa que están en el origen
de la acción. [...] Frente al impacto de las políticas públicas en su
vida cotidiana, los ciudadanos deciden tomar acciones que muchas
veces son consideradas como ilegales, en términos de los canales
institucionales existentes. (De la Garza, 2011, p. 113)
La creciente complejidad y diversidad de la sociedad plantean un
problema central en lo que respecta al mantenimiento de la unidad social.
Según Claus Ofe, esta unidad puede lograrse de dos maneras, las cuales
se defnen en función de la esencia de dicha unidad, ya sea en términos de
la diversidad de intereses o de valores. Dada la etapa de desarrollo de las
sociedades contemporáneas, cada vez más, son los valores los que se someten
a discusión, ya que, de alguna manera, los intereses se estructuran en función
de ellos (De la Garza, 2011, p. 114).
171
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Viejo paradigma
Nuevo paradigma
Actores
Grupos socioeconómicos actuando
como grupos (en interés del grupo) e
involucrados en confictos de distribución.
Grupos socioeconómicos no
actuando como tales, sino en nombre
de colectividades atribuidas.
Contenidos
Crecimiento económico y distribución;
seguridad militar y social, control social.
Mantenimiento de la paz, entorno
de derechos humanos y formas no
alineadas trabajo.
Valores
Libertad y seguridad en el consumo
privado y progreso material
Autonomía personal e identidad,
oposición al control centralizado, etc.
Modos de
actuar
a) Interno: organización formal,
asociaciones representativas a gran
escala.
b) Externo: intermediación pluralista o
corporativista de intereses; competencia
entre partidos políticos, reglas de la
mayoría.
a)
Interno: informalidad,
espontaneidad, bajo grado de
diferenciación horizontal y vertical
b)
Externo: política de protesta
basada en exigencias formuladas
en términos predominantemente
negativos.
Afnidades (A pesar de las diferencias)
Por ejemplo, con el liberalismo al compartir la idea de una presencia mínima del Estado en la vida
social, fortaleciendo los derechos y libertades civiles.
Diferencias
Van más allá de las libertades económicas y se adentran en el terreno de la protección y preservación
de los valores, identidades y formas de vida.
Con los conservadores, los nuevos Movimientos Sociales
comparten la idea de lo importante que es la modernización,
aunque diferan en los objetivos: para los conservadores,
la modernización está para preservar las condiciones
mínimas de los valores tradicionales, mientras que para
los nuevos tienen el sentido de romper precisamente con
dichos valores.
Con los socialistas sin duda
comparten la crítica en el sentido
del impacto destructivo y caótico del
capitalismo industrial y fnanciero,
aunque diferen en el actor que
encabezará las transformaciones.
“Las críticas hacia el viejo paradigma se resumen en una redefnición del progreso, ya no con el
Estado como fuerza principal, sino impulsado desde la sociedad”.
“El valor de la autonomía [frente al Estado] es central en la mayoría de los movimientos sociales
contemporáneos y se expresa en el respeto a las diferencias, las identidades, las formas de concebir
el mundo”.
Tabla 2.
Características de los movimientos sociales
Nota:
Tabla elaborada a partir de: De la Garza Talavera, en “Las teorías de los movimientos
sociales y el enfoque multidimensional” (2011).
172
No dueños
El contenido ético de las demandas en los movimientos sociales se
destaca claramente, abriendo el camino a enfoques contemporáneos donde
el contenido simbólico se convierte en el foco de atención (De la Garza, 2011).
Alain Touraine, según De la Garza (2011), fundamenta su perspectiva
en la idea de una sociedad como una colectividad que se autoproduce y regula
su desarrollo sin depender de instancias superiores. Desde la perspectiva del
individuo, este solo puede convertirse en sujeto al asumir la responsabilidad
total del control de su vida cotidiana. La dimensión cultural adquiere un
énfasis central, al punto de despojar al movimiento obrero de su componente
revolucionario y transferir esta característica a los movimientos sociales.
La lucha se encuentra en el individuo y su capacidad para la subjetivación
que implica destruir el yo, “defnido por la correspondencia de la conducta
personal y los roles sociales, y construido a través de interacciones sociales
y la acción de instancias de socialización”. En este contexto, el sujeto existe
solo como acción, como movimiento social, y Touraine desarrolla lo que se
conoce como su sociología de la acción, una contribución signifcativa al
estudio de los movimientos sociales (De la Garza, 2011, p. 113). Reconoce la
diversidad como central al momento de explicar el proceso de formación de
identidades colectivas.
Los MS deben ser explicados en función del surgimiento de un
“nosotros” que comparte los fnes de la acción, los medios y las
relaciones con el ambiente, este
“nosotros”
supone la existencia de
una solidaridad/identidad frente a la identifcación precisa de un
conficto/adversario, pero además resulta fundamental que la acción
colectiva rebase los canales institucionales. Este último factor abre
el camino para defnir una tipología compuesta por movimientos
reivindicativos, políticos y antagónicos, producto de los diferentes
niveles de conficto. (De la Garza, 2011, p. 118)
Con este breve recorrido y marco conceptual, se aborda una
caracterización mínima de un movimiento que trasciende algunas de estas
categorías y las entremezcla: el Movimiento de Liberación de la Madre Tierra.
173
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2. La tierra, madre esclavizada
El problema de la tierra en Latinoamérica tiene raíces coloniales que,
en lugar de resolverse a lo largo de los siglos, han generado múltiples confictos
y desplazamientos. La lógica colonial de la desposesión persistió después de
los movimientos independentistas y la formación de las repúblicas criollas.
Con la consiguiente exclusión de los pueblos indígenas, afrodescendientes y
campesinos como actores políticos, profundizó la exclusión y el acaparamiento
de tierras durante dos siglos, junto con la sed extractivista. En las últimas
décadas, las indignaciones y frustraciones heredadas desde el periodo
preindustrial alcanzaron niveles propicios para la emergencia de movimientos
sociales étnicos. Estos movimientos desencadenaron repertorios de protesta
profundamente conectados con la ocupación y liberación de la tierra. La
literatura que aborda el problema de la tierra en Colombia y Latinoamérica
es extensa. Aunque en el presente ensayo no sea posible realizar un balance
exhaustivo, se realiza una aproximación al contexto de las luchas indígenas,
afrodescendientes y campesinas por la tierra en Colombia. El objetivo
es comprender las dimensiones que han dado forma al Movimiento de
Liberación de la Madre Tierra, un fenómeno tremendamente complejo,
independiente, interétnico y vigente.
La tierra ha sido uno de los ejes centrales del conficto armado en
Colombia. Desde el siglo XIX, con las guerras entre federalismo y centralismo,
pasando por la hegemonía conservadora en el siglo XX, la República
Liberal de López Pumarejo, “La Violencia” en la década de los cuarenta y
la repartición política del Frente Nacional, hasta la inactividad de la reforma
agraria en los ochenta, la apertura económica en los noventa, la violencia
paramilitar de comienzos del siglo XXI y fnalmente los procesos de paz; en
todas las guerras y violencias, la tierra ha sido un factor central. El problema
de la tierra sigue siendo determinante para la pobreza y la desigualdad social
del campesinado y de la población en general. Fruto de la guerra, alrededor
de 8.3 millones de hectáreas fueron arrebatadas a la población civil (Centro
Nacional de Memoria Histórica, 2015). Solo es hasta el 2011 con la Ley de
Víctimas (Ley 1448/2011) que la política pública incluye mecanismos que
tienen como fn una reparación integral de las víctimas con relación a la
tierra, siendo aún una política con muchos vacíos y debilidades que la han
hecho insufciente, escasa y hasta corruptamente implementada. Asimismo,
174
No dueños
se puede hablar sobre la reforma agraria integral del Acuerdo para la
terminación del Conficto armado con la FARC-EP que, siendo una deuda
histórica en la sociedad colombiana, sigue bloqueada (Centro Nacional de
Memoria Histórica, 2015).
En Colombia, la naturaleza se convierte en una víctima más del
conficto armado, especialmente en el contexto indígena
1
. La relación
paradójica entre los confictos armados y el medio ambiente es multifactorial.
Hasta ahora, la literatura especializada ha identifcado cuatro formas en que
estas se relacionan: la naturaleza como causa del conficto, la naturaleza
como mecanismo de fnanciación y reproducción del conficto, la naturaleza
como víctima del conficto y, por último, la naturaleza como benefciaria
del conficto (Rodríguez et al., 2017, p. 19). Esta afectación múltiple se
vuelve más concreta en cuanto al uso del suelo y la titulación de tierras.
La informalidad, el acaparamiento y el desplazamiento forzado completan
décadas de caracterizar la situación agraria en el país.
Según el informe titulado “La tierra en Disputa: Memorias del despojo
y resistencias campesinas en la costa Caribe (1960-2010)”, los cálculos sobre
la extensión de tierras usurpadas o forzadas a abandonar varían según las
fuentes. Algunas indican que las cifras rondan los 1.3 millones (Ibañez,
2008). Para el CODHES, la estimación de hectáreas usurpadas o despojadas
es de 4.8 millones, y para el Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado
(MOVICE), la cifra se acerca a los diez millones de hectáreas (Grupo de
Memoria Histórica de la CNRR, 2014, p. 49). En este contexto histórico
2
,
donde la lucha por la tierra es el telón de fondo del conficto armado
interno, los grandes propietarios, la mayoría de las veces con apoyo e incluso
favorecimiento ilegal o cohecho por parte de funcionarios estatales, son los
grandes vencedores y la inequidad es extrema. El índice internacional Gini,
medido en Colombia por el Instituto Geográfco Agustín Codazzi (IGAC),
es de 0.88, lo que signifca que, si diez personas tuvieran un pastel que
simboliza el total de tierra en Colombia y lo partieran en diez pedazos, una
sola persona poseería casi nueve de ellos (Parra y Rodríguez, s. f.). Es de
1
Entendiendo que el territorio es defnido como la “integridad viviente y sustento de la identidad y
armonía, de acuerdo con la cosmovisión propia de los pueblos indígenas y en virtud del lazo especial
y colectivo que sostienen con el mismo, sufre un daño cuando es violado o profanado por el conficto”.
2
El caso colombiano es sin duda paradigmático y sus cifras son extremas; sin embargo, puede
rastrearse un conficto de dimensiones estructurales en otros paises de la región con reformas agrarias
incompletas como México, Bolivia, Perú, etc.
175
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suma importancia reconocer la valiente lucha de aquellos que optan por vías
no armadas.
Las comunidades del pueblo Nasa en el norte del Cauca, Colombia,
han alzado su voz contra el poder capitalista desde 2005. Su resistencia no
solo implica la denuncia y confrontación contra el proceso de privatización de
grandes extensiones de tierra, sino que también se manifesta en la búsqueda
de una liberación cultural. No buscan simplemente liberarse de la escasez
y la exclusión a las que han sido sometidos como pueblo, sino que plantean
detener la alianza entre el Estado y las empresas que esclaviza a la propia
Tierra. Para ellos, el territorio es la madre de la vida, no una propiedad.
nuestra madre no es libre para la vida, que lo será cuando vuelva a
ser suelo y hogar colectivo de los pueblos que la cuidan, la respetan y
viven con ella y mientras no sea así, tampoco somos libres sus hijos.
Todos los pueblos somos esclavos junto con los animales y los seres
de la vida, mientras no consigamos que nuestra madre recupere su
libertad. (ACIN, 2015)
En un país que cuenta con más de 8 millones de personas desplazadas
por la violencia, la defensa del territorio mediante palos y piedras frente
a ejércitos especializados, como parte de la protección de una cosmovisión
única, representa un acto de dignidad que trasciende el simple deseo de
posesión de la tierra.
3. A desalambrarte
El Movimiento por la Liberación de la Madre Tierra continúa
generando rupturas signifcativas. Además de realizar incursiones en
terrenos privados para su reapropiación y redistribución, construye un
discurso fundamentado en la identidad interétnica, el vínculo especial de
las comunidades indígenas con el territorio y una cosmovisión que percibe
a la Tierra como madre. La naturaleza contrahegemónica del MLMT no
se limita a la lucha por la tierra; más bien, proyecta sus repertorios hacia un
cambio de paradigma
Ingresar a fncas de grandes emporios privados, mayoritariamente
pertenecientes a ingenios azucareros con una larga historia de explotación de
176
No dueños
recursos naturales y poblaciones agrarias, podría considerarse un movimiento
estratégico para defender el derecho humano a una vivienda digna o incluso
centrarse en estrategias de boicot a la industria latifundista. Sin embargo, el
MLMT va más allá; la esclavitud a la que se somete a la Tierra mediante la
explotación industrial a gran escala se sitúa en el origen de la desigualdad
y la vulneración de las comunidades indígenas, afro y campesinas. En este
sentido, la lucha del MLMT plantea un profundo cuestionamiento de las
relaciones de poder, en el contexto sociológico y en un sentido cosmológico
más amplio.
La liberación de la Madre Tierra encapsula la lucha anticolonial y
antiextractivista, mientras defende la autonomía y autodeterminación de
los pueblos y comunidades ancestrales. El MLMT enriquece la identidad
colectiva de las comunidades involucradas a través del recuerdo de la lucha
histórica de los pueblos indígenas del Cauca, que se remonta a siglos atrás.
Aquí se recupera su propia versión de la historia:
Hace muchos años estos valles eran tierra y hogar de nuestros
pueblos que vivían en esta región que hoy se llama suroccidente
de lo que hoy se llama Colombia. Vivían a lo bueno, dedicados a
comer, beber, mascar, ofrendar, tejer, danzar. Un día de 1535 llegó la
Conquista. Una noche nos acostamos Nasa y amanecimos “indios”.
Empezó la explotación de nuestra tierra, que se convirtió en teatro
de operaciones. Desde entonces no tenemos paz ni descanso. Tres
años después, cuando los conquistadores habían sacado las uñas, una
mujer muy mujer, La Gaitana, no aguantó más y se levantó en armas
para defender la Tierra. Organizó un ejército de veinte mil guardias
nasas, yalcones, pijaos, timanaes… y defendió el honor y la tierra de
nuestros pueblos, la misma que ahora pisamos, la misma a la que
ahora hemos retornado. La guerra de resistencia que ella inició duró
120 años, tal vez la más larga que pueblo alguno haya librado en la
historia. La resistencia que ella inició cumple 478 años. Sin paz ni
descanso. (Pueblo Nasa, 2016, pp. 8-9)
A las luchas de la Gaitana se sumaron en el siglo XVI las de Juan Tama
y Manuel de Quilo, quienes “lograron un acuerdo con el imperio español
y desde entonces vivimos apretados en territorios llamados resguardos”
177
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y a comienzos del siglo XX el movimiento liderado por Manuel Quintín
Lame en contra del terraje, que involucró incluso litigio para la titulación de
territorios ancestrales (Pueblo Nasa, 2016, pp. 8-9).
La época de “La Violencia” en Colombia generó terribles
desplazamientos que lamentablemente no han cesado. Casi al mismo tiempo
del nacimiento de la Constitución Política de 1991, el 16 de diciembre, el
pueblo Nasa sufrió la masacre de 20 miembros por parte de la Policía Nacional
y civiles armados. Tres décadas después, siguen siendo asesinados
3
. Ante
el genocidio colonial, la exclusión republicana, la violación y desaparición
forzada, las masacres y los miles de acuerdos frmados e incumplidos por el
Gobierno, frente al fuego cruzado entre guerrillas, ejército y paramilitares, el
desplazamiento y las estrategias de cooptación por parte de grandes emporios
industriales y multinacionales, los Nasa siguen defendiéndose, protegiendo su
cultura y a la Madre Tierra con cantos, danza, ollas comunitarias, mingas y
otras estrategias creativas.
A desalambrarte f
ue un programa de trabajo colectivo
de artistas, indígenas y campesinos para la siembra y embellecimiento de
varios poblados indígenas reconstruidos en las fncas liberadas. Los Nasa
tienen radio, hacen p
ó
dcast, han elaborado su presencia virtual y han
establecido enlaces con otros movimientos indígenas por la autonomía,
como el EZLN, y por la recuperación de tierras, como el MST.
El Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) ha forjado un
liderazgo notable en el movimiento indígena colombiano, logrando victorias
electorales a nivel ejecutivo local y legislativo nacional. Descontentos con
los escasos y hasta contradictorios resultados de la vía electoral, el MLMT
ha generado sus propias críticas al CRIC y a los líderes políticos de sus
comunidades, al punto de que, luego de quince
años de accionar colectivo,
surgen nuevos liderazgos en las generaciones más jóvenes. Sin acceso
a educación u oportunidades laborales, con sus tradiciones culturales
amenazadas y cansados de las divisiones y peleas internas heredadas de las
generaciones pioneras, han iniciado una nueva etapa de liberación en alianza
3
Los veinte del Nilo: Darío, Ofelia, Carolina, Adán, Edgar, Otoniel, Mariana, Eleuterio, Tiberio,
Floresmiro, Mario, María Jesús, Nicolás, Feliciano, Calixto, Julio, José Jairo, Jesús Albeiro, Daniel
y Domingo; la parentela de los trece de Gualanday —entre ellos siete kiwe thegna o Guardianes—
masacrados; los ocho de San Pedro, masacrados; los cien de El Naya, masacrados, y los cinco de
López Adentro, masacrados (...); la familia de Cristóbal, de Marden, de Benjamín, de Álvaro Nasa
Pal, asesinados (...); la tribu de Anatolio; la descendencia de cientos de hombres y mujeres que cayeron
liberándola, genocidiados, y cientos de líderes asesinados en los últimos meses.
178
No dueños
con jóvenes campesinos de la región. La liberación de la
Madre Tierra se
constituye en un uso social de la ilegalidad, legítimo y legitimado por un
Estado que impone una legalidad del despojo en contextos o localidades
determinados por los intereses del mercado y el sistema fnanciero. La fuerza
del movimiento indígena y su legitimidad radican en el uso de la legalidad
de la resistencia y en el repertorio de usos sociales de la ilegalidad que ejerce
en cada escenario, espacio y tiempo de la defensa del territorio y la cultura
(Vargas y Ariza, 2019).
4. Marcha de la comida
Uno de los repertorios que encierra valiosas lecciones en el MLMT
es la Marcha de la Comida, que alcanza su quinta edición. Las cosechas
de los cultivos de las fncas liberadas se comparten como donación con
comunidades de barrios en Cali, Popayán y otros municipios de la región.
El traslado de los alimentos, junto con las familias indígenas, en chivas
4
hasta los pueblos y ciudades se convierte en un pequeño carnaval. Los
lazos de solidaridad establecidos con organizaciones de la sociedad civil,
grupos urbanos y ONG han contribuido a ampliar la identidad del MLMT
más allá de la tradición Nasa y han transmitido un mensaje de efcacia.
Mientras las zonas suburbanas marginadas y empobrecidas aún esperan los
benefcios prometidos por el Estado, los indígenas llevan alimentos libres
de agroquímicos, con gastronomía tradicional y, sobre todo, llevan alegría
y esperanza a muchas familias que, debido a la necesidad, viven en pueblos
y ciudades, estableciendo lazos de hermandad con poblaciones rurales afro,
indígenas y campesinas.
El alimento es fruto del trabajo mancomunado y, como tal, un resultado
de la liberación de las tierras. Compartirlo ha sido una vía regia para esquivar
múltiples intentos de tergiversación de su discurso, ya que acerca directamente
a la ciudadanía urbana mediante la interacción y convivencia con los grupos
liberadores. Además, hace frente a la difícil situación alimentaria en amplias
zonas de pobreza de uno de los departamentos más productivos del país.
La soberanía alimentaria es parte fundamental de la lucha del MLMT; han
4
Buses tradicionales en zonas rurales de Colombia, son vehículos adaptados para el transporte
de carga y pasajeros, típicamente muy coloridos y con sobre cupo de carga y pasajeros.
179
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conformado redes de guardianes de semillas nativas y han compilado saberes
gastronómicos interétnicos.
Desde que entramos en las fncas hemos cortado muchas, muchas
hectáreas del monocultivo de miles de hectáreas de caña que están
sembradas en el norte del Cauca para producir azúcar y combustible.
Azúcar que endulza refrescos hechos del agua que baja de nuestras
montañas. Combustible que mueve carros que comercializan los
refrescos y ganan mucho dinero. Dinero que fnancia la guerra, los
batallones que siguen presentes en nuestro territorio y nos siguen
amenazando y nos siguen matando. El círculo que esclaviza a Uma
Kiwe. Hemos sembrado muchas, muchas hectáreas de comida: maíz,
fríjol, yuca, plátano, zapallo. (Pueblo Nasa, 2016, pp. 31-32)
La quinta Marcha de la Comida ha planteado acuerdos pueblo con
pueblo en temas trasversales con visiones de trabajo en red: “Mercados para
la resistencia” acuerdo de comercialización justa y directa entre productores
agrarios en resistencia y comunidades consumidoras en resistencia; “red de
huertas para la liberación de la Madre Tierra”; “Compartir de experiencias
calidosas” red de aprendizaje y experiencias entre las luchas del paro nacional
o estallido social con las comunidades que liberan la Madre Tierra en el
norte del Cauca y abierto a compartir experiencias calidosas con luchas de
otras regiones; “Sistema de salud popular y comunitario” que consiste en
crear un sistema de salud para la vida, que resuelva lo que el sistema de salud
del estado colombiano no resuelve (Liberación de la Madre Tierra, 2021).
Queda claro que la liberación de la Madre Tierra no es solo la
ocupación de predios, la liberación busca emancipar, generar autonomía
en múltiples dimensiones y generar diversos niveles de solidaridad. El lema
clásico desde los setenta ha sido “Recuperar la Tierra para recuperarlo todo”.
5. Uma Kiwe y conclusión
La refexión del MLMT sobre la Tierra como un ser vivo y una
madre que está siendo esclavizada es fundamental para replantear no solo la
relación con la naturaleza, sino también para abordar la perspectiva de los
derechos de la naturaleza.
180
No dueños
La lucha del pueblo Nasa, al igual que la de la mayoría de los pueblos
indígenas, se fundamenta en la conexión con el territorio, que implica
la construcción de la identidad social y comunitaria en relación con la
naturaleza, considerándola como parte integral de ella. Uma Kiwe, que
en lengua nasayuwe signifca “madre que enseña y cuida”, representa el
territorio vivo.
Los Sarayaku han mencionado Kawsak Sacha o selva viviente,
los muiscas expresan Hitcha Waia, y de manera similar, cada pueblo, en
su lengua, reconoce al ser viviente del cual todos provenimos. El MLMT
comunica con la voz de la Tierra y ha enriquecido su discurso mediante
poesía, mitología y deconstrucciones lingüísticas del castellano para dar
espacio a esa voz.
Aprender a escucharla y sentirla, no dejarla sola porque es nuestra
Madre. / Volver a refexionar es parte de la orientación, porque todo
comunica. Nos orientan el trueno, el rayo, el agua. / Dicen que uno no
vino solo a ocupar un espacio. / La Madre Tierra nos ha llamado al
respeto. / Si hoy la liberamos es para defenderla y cuidarla (Ojarasca,
2021, p. 18).
La dimensión espiritual o metafísica, con sus complejidades, queda
desdibujada en el contexto del derecho desde la visión occidental. Son los
pueblos indígenas quienes han introducido categorías distintas para la defensa
de los seres de la naturaleza o Madre Tierra. Un movimiento social que
aboga por los intereses humanos, por la integralidad y la interdependencia
de todos los seres, tiene mucho que aportar a la construcción del derecho y a
la comprensión de los conceptos de justicia.
181
Revista Facultad de Jurisprudencia No.14
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